Los neumáticos tienen un rodamiento continuo que se incrementará dependiendo de la frecuencia en la que podemos llevar nuestro coche. Por ejemplo, si lo utilizamos de forma ocasional, ni tan siquiera a diario, muy probablemente no sé desgastará a un ritmo elevado. Por otra parte, en el caso de que lo utilicemos para hacer largos viajes, para trabajar de forma diaria, así como cualquier otro tipo de uso, el desgaste será mucho mayor. Ahora bien, no te engañes: en cualquier caso, se va a desgastar y tarde o temprano tendremos que sustituir por otro.
Lo primero que iremos notando es que el dibujo se va a empezar a desgastar: esto hará que el neumático pierda fricción con la carretera y que no se agarre como debería, por lo que se puede producir un accidente de importancia.
El control del neumático siempre se tiene que hacer profundímetro (que no es otra cosa que un sofisticado medidor de profundidad). Además, también habrá que hacer una evaluación de los testigos que se encuentran en la banda de rodadura y que se indicarán mediante un símbolo. En el caso de que hayamos traspasado el límite legal, se tendrá que desmontar y sustituir por uno nuevo. El límite legal se encuentra ahora en el valor de 1,6 mm para vehículos comerciales y para turismos; el límite de un neumático para el invierno es de 4 mm.
Seguramente ya hace algún tiempo que no hemos visto cual es el límite en el que se encuentra nuestros neumáticos. Ahora que has leído este artículo te recomendamos que vayas a ver las ruedas de tu vehículo para ver si se consideran seguras para viajar: en el caso de que no sea así, no te la juegues y ve a sustituirlas desde ya.