Los desgastes en los neumáticos son normales ya que el propio hecho de circular de forma habitual para que la, poco a poco empiece a mermar; llegará un momento en el que se empiece a considerar peligroso y tendremos que cambiarla de inmediato. Sin embargo, existen algunos desgastes más peligrosos que otros: por ejemplo, en el caso de que se produzca un desgaste los hombros del neumático, o un desgaste en el centro, se debería de sustituir cuanto antes ya que no se va a producir un agarre que realmente vaya a minimizar los accidentes. Otro de los desgastes más habituales son los crecientes, los irregulares y los que se producen anormalmente rápidos (por ejemplo, en el caso de que hayamos comprobado dibujo de los neumáticos hace poco tiempo y nos hayamos dado cuenta de que se está mermando de forma muy habitual)
Todos estos desgastes hacen referencia a la banda de la rodadura, pero también será de vital importancia poder analizar aquellos desgastes que ocurren en el flanco para poder tomar o no la decisión sobre si cambiarlo o si podemos mantener un poco más. En esta zona nos podemos encontrar desgastes por roces que se hayan producido contra el asfalto, contra los bordillos…, Grietas que hayan podido aparecer en la, y hasta el famoso “choque pellizco” en donde la goma se empieza a elevar peligrosamente por una zona en especial.
Si presentas algún tipo de estas anomalías, te recomendamos que no te la juegues y que los cambies ya. Es cierto que hacer esto supone una inversión muy importante y que puede ser que no tengamos el presupuesto suficiente como para poder realizarlo… Sin embargo, no deberíamos conducir en condiciones de seguridad que no se pudiera llegar a garantizar como optimas.